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Sin lugar a dudas la lesión muscular es una de las más comunes en la gente que practica deporte y, entre ellas, se ha observado que el grupo muscular isquiotibial es el más propenso a lesionarse. Esto es debido a que se trata de un músculo poliarticular, es decir, que gobierna varias articulaciones como son la rodilla y la pelvis. Además se trata de un músculo muy largo con un tendón intramuscular (Septum), alrededor del cual se suele generar la rotura.

Dentro de éste conjunto, es el bíceps femoral el que se lleva la peor parte (80% de roturas), ya que tiene mayor activación en los momentos de mayor riesgo de lesión (frenada y/o aterrizaje).

Existen distintas maneras de clasificar una lesión muscular pero quizá lo que más nos interese es conocer el grado (0, I, II, III y IV) y la localización de esta (miofascial, miotendinosa o infratendinosa); porque será, en parte, lo que determine la duración de la recuperación.

Entre los factores de riesgo que pueden provocarla hay algunos de ellos que no podemos controlar como es la edad; sin embargo la mayoría de ellos como el déficit de fuerza, la falta de flexibilidad para el gesto deportivo, la inadecuada estabilización pélvica (core), el estrés, la hidratación, el descanso e incluso la fatiga son totalmente entrenables; y en Evolution Madrid podemos ayudaros a mejorarlos.

Por último, decir que no somos muy partidarios de los protocolos de cara al tratamiento de una lesión puesto que existen muchas variantes durante la rehabilitación que debemos ir modificando en función del comportamiento del tejido, de la experiencia que hemos vivido con pacientes anteriores y del individuo que tenemos delante. Sin embargo vamos a ofreceros una posible guía para poder echar un vistazo y conocer en qué fase de la lesión puede encontrarse el sujeto y cómo deberíamos abordarla en cada momento hasta la completa recuperación y vuelta al deporte.

Fase aguda (0-48 horas)

Regular la inflamación (Hielo, inmersiones agua fría).

Trabajar la movilidad lumbo-pélvica de manera activa.

Trabajar la movilidad lumbo-pélvica de manera pasiva (Fisioterapeuta).

Si hay mucho dolor utilizar analgésicos (Paracetamol).

Prohibido:

Masaje en la musculatura lesionada. Si se puede trabajar la adyacente (ej.Gemelos).

AINES –Antiinflamatorios No Esteroideos (ej. Ibuprofeno).

Trabajar la musculatura lesionada durante los 3 primeros días (hasta 6 días en roturas importantes).

Compresión (Reduce el aporte vascular al músculo).

SI TRAS 5 DÍAS NO HAY EVIDENTE MEJORÍA DE LOS SÍNTOMAS DEBE SER REVISADO POR UN MÉDICO PARA VALORAR EDEMA INTRAMUSCULAR.

Para pasar a la siguiente fase la marcha debe ser indolora así como la contracción al 50% del músculo afecto.

Fase subaguda o de regeneración (Pasadas 48 horas-14 días)

Electroterapia sin dolor para aumentar el flujo sanguíneo.

Fortalecimiento de la musculatura lesionada mediante contracción isométrica en posición de máximo alargamiento posible.

Fortalecimiento de la musculatura sinergista (glúteo mayor).

Generar estabilidad pélvica – CORE.

Trabajo de flexibilidad de manera activa del músculo afectado (isquio).

Trabajo de flexibilidad de la musculatura antagonista (psoas).

Prohibido:

Flexibilidad pasiva del músculo afectado. Evitar tensión neural.

El ejercicio excéntrico y los gestos explosivos.

Fase Fibrogénesis (A partir de la 2ª semana. Día 14-28)

Electroterapia de potenciación con el músculo en posición de alargamiento.

Ejercicio cardiovascular (Trote suave).

Fortalecimiento de la musculatura lesionada mediante trabajo excéntrico.

  • Progresar hacia cargas máximas.
  • Progresar en velocidad.
  • Buscar funcionalidad.

Precauciones:

  • En caso de dolor no acortar la longitud del músculo (no disminuir rango articular); es preferible disminuir la intensidad.

  • Se trata de una fase que puede hacernos creer que retrocedemos, lo cual es normal, por el proceso de cicatrización (mayores depósitos de fibrosis).

Fase de Readaptación Funcional

Corregir desequilibrios.

Trabajo explosivo (pliometría, cambios de ritmo y de dirección, recepciones monopodales).

Aumento de la capacidad cardiovascular.

Incorporación al entrenamiento habitual.

Vuelta al deporte (Competición)

  1. No dolor.
  2. Fuerza completa con el músculo en posición de alargamiento.
  3. Rango de movimiento completo sin dolor.
  4. Gesto deportivo a cualquier velocidad indoloro.
  5. Sensación subjetiva de recuperación. No miedo ni aprensión.

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